Rafael Contreras, CEO Carbures

Blog sobre gestión empresarial


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Realmente merece la pena.

Cuando uno entra en un ritmo vertiginoso de trabajo y dedica horas y horas de días que no finalizan a reuniones, planificaciones, ronda de inversores, llega un momento en el que el cansancio se hace presente. Como soy consciente del momento especial en el que en CARBURES nos encontramos con nuestra preparación para la salida al MAB, la entrega y el cuidado en el trabajo se da por descontado.

Además de este momento particular que por sí solo insuflaría energía, motivación y adrenalina suficiente para el resto del año, ayer tuvo lugar un acto que muestra lo que en mi último post reflejaba sobre hacer cosas concretas. En este caso, además de materializar algo concreto, ese algo tiene un componente muy fuerte de mejora de la calidad de vida del usuario.

Agustín Moreno, nuestro Dtor. Gral. haciendo entrega de las dos sillas.

Se trata de nuestra silla de ruedas hecha con fibra de carbono. En el marco de la Univesidad de Cádiz, se le hizo entrega de dos sillas al representante de la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal. Gracias al diseño y a la tecnología aplicada con composites, hemos logrado rebajar el peso cuatro veces respecto a lo habitual, además de las características de resistencia y durabilidad inherentes a la propia fibra de carbono.

Cuando en la habitación de hotel, con el cuerpo cansado, abro el ipad y leo la noticia en prensa dando crónica de este acto, el cuerpo por fín se afloja y puede descansar tranquilo con la seguridad de que al menos el esfuerzo realizado tiene su recompensa. Realmente merece la pena.


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Modelo de innovación y creación de empresas de base tecnológica I

Uno de los principales argumentos esgrimidos por parte de los tecnólogos de cara al proceso de creación de empresas de base tecnológica, es que consideran que no existe un modelo de innovación sistemático y definido.
Si bien esto puede resultar cierto en algunos casos, considero que sí se puede definir el proceso de creación de la actividad empresarial en general y, con sus especificidades, en la creación de empresas de base tecnológica.
Cada empresa tiene su propia trayectoria, y lo que el emprendedor vive como una experiencia personal y única no deja de ser en la mayoría de las ocasiones reflejo de lo que ha vivido cualquier otro emprendedor. Estas experiencias se pueden concretar de forma distinta de unos a otros, pero el trasfondo es exactamente el mismo. La vivencia puede configurarse como un problema de liquidez, como un problema con la maquinaria, como un problema con el personal o como cualquier otro hecho intrínseco a la actividad empresarial, pero las fases, los hitos y el desarrollo suelen ser bastante similar de una compañía a otra. Es decir, independientemente de las particularidades de cada caso, el proceso de creación suele ser bastante similar.
Como principio general en el proceso de gestación de una empresa de base tecnológica, considero que un concepto principal que debemos aplicar es el de “pensar en global y actuar en local”, ya que esto va a marcar cualquier proceso de creación de empresa

Pensar en global

Recuerdo, que en una  conferencia a la que asistí en Barcelona, en la que el ponente era un ex ministro  de Allende que nos decía “ustedes piensen siempre a lo grande, lo mas grande que sean capaces de pensar que la realidad ya se encargara de ponerlos en su sitio”  considero que ese era un grandísimo consejo para los emprendedores, es decir, la realidad y el propio mercado ya se encargaran de poner las limitaciones como para que ellos mismos las establezcan de antemano y esto es porque probablemente no existen, y  si existen, hay que encontrar el modo de abordarlas.


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Las empresas de base tecnológica y un modelo de economía sostenible II

Desarrollando la primera premisa del modelo (“capacidad de generar conocimiento aplicable al entorno económico”) mantenemos la siguiente hipótesis:

El mercado es el que define la política tecnológica necesaria y no los centros de conocimiento, estos avanzan en sus desarrollos, pero no son reales (visibles y viables) hasta su implantación en el mercado.

En conclusión, desde un enfoque basado en la demanda, la política tecnológica viene marcada por las grandes empresas (empresas motoras) que es donde se encuentran el estado del arte tecnológico del sector en cuestión.

Continuando con la segunda premisa del modelo (la universidad se convierte en la principal materia prima) desarrollamos la siguiente hipótesis:

Las áreas de conocimiento de las universidades o espacios tecnológicos son la base de nuestro potencial desarrollo tecnológico, ya que cuando éste se requiere se necesita dicha base de conocimiento. Esta inversión en conocimiento, es fuertemente criticada por su  aparente falta de retorno directo.

Por lo tanto y como conclusión, desde el punto de vista de la oferta, la disponibilidad de rrhh (recursos humanos) y de infraestructuras tecnológicas se encuentran limitadas por nuestras universidades y espacios tecnológicos.

Universidad y empresa

La tercera premisa del modelo (la creación de una EMPRESA DE BASE TECNOLÓGICA, es la forma más completa de transferencia al entorno) nos lleva a la siguiente hipótesis:

Las pymes (pequeñas y medianas empresas) son la base económica sobre la que se sustenta la creación de riqueza en una determinada área geográfica. La creación de una empresa de base tecnológica es la forma más completa de conectar el conocimiento con el mercado, las pymes tecnológicas son el tejido industrial permanente en su zona de actuación.

Como conclusión, desde el punto de vista del mercado, (entendiendo éste como la conexión entre oferta y demanda),  la creación de una masa crítica de pymes de base tecnológica  es la clave de éxito de un modelo económico de riqueza sostenible.

Estas Pymes han de ser capaces de afrontar y sobrevivir a procesos de deslocalización de las empresas motoras y disponer del conocimiento tanto tecnológico como de gestión para abordar nuevos retos y mercados.

En resumen, el objetivo principal de este modelo es desplazar el eje motor de la política tecnológica del entorno desde las empresas motoras, hasta el tejido industrial permanente en el tiempo que son las PYMES.

Estas empresas han de ser capaces de ofrecer soluciones tecnológicas competitivas, y esto solo se consigue con dos características imprescindibles en su oferta:

Por un lado, adelantándose en el tiempo a las necesidades (compromiso de I+D+i) y por otro, a través de una política de competitividad y diversificación de su mercado (creación de empresas de base tecnológica y mejora de la PYME existente).”


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Las empresas de base tecnológica y un modelo de economía sostenible I

La situación económica que vivimos en la actualidad ha abierto un debate a todos los niveles acerca del modelo económico en el que interactuamos. Se habla de fin de una época, de cambio de ciclo y de la necesidad de un cambio en dicho modelo.
En el año 1934, el economista Schumpeter ya señalaba con acierto que “la innovación y la tecnología juegan un papel primordial como motores del crecimiento económico”.
Hay tres premisas necesarias aunque no suficientes a considerar en la creación de un modelo económico de riqueza sostenible:
La primera y  evidente, más allá de toda discusión, es que un modelo sostenible en nuestro entorno se basa en nuestra capacidad de generar conocimiento aplicable al entorno económico, de tal manera que el modelo económico sostenible se base en la cadena de valor y dentro de esta, en los eslabones de  valor añadido del proceso económico.

Transferencia de Tecnología

La segunda, siempre y cuando aceptemos la primera como evidente, cierta e irrenunciable, y asumiendo, que la universidad y su entorno, son la principal fuente de conocimiento de nuestra estructura social, es que la universidad se convierte en la principal materia prima de nuestro producto para competir en una economía tan global y competidora.
La tercera premisa a tener clara es que en un modelo de transferencia de conocimiento, la creación de una EMPRESA DE BASE TECNOLÓGICA, es la forma más completa de transferencia al entorno.
Partiendo de las premisas antes expuestas, definiremos un modelo económico de riqueza sostenible basado en la innovación como  actitud, y en el conocimiento como base de dicha actitud innovadora, convirtiéndose en la ventaja competitiva del modelo.